Agregué una foto tuya a mi álbum pero no soporte el peso de mi ilusión cargarme el estómago de mariposas, este sentimiento es nuevo para mi, me solté del mundo y la tierra dejó de ser la parte más segura para estar.
Bendita sea tu imagen, la que guardé en mi celular la noche en que mis ojos no podían cerrarse y navegue por los mares de mi imaginación.
Donde tú eras el capitán del barco que me llevaría a la isla del Tesoro.
Donde nadie nos juzgaría, donde no habría raza, estrato ni religión que nos separara.
Donde podría cumplir mis sueños y donde tu hicieras parte esencial ellos.
Donde el sol siempre brilla y la única oscuridad que viéramos sería la de las sombras bajo nuestros cuerpos entrelazados.
Donde pudiera despertar y ver tus ojos verdes iluminarse con el brillo que sólo los hombres enamorados tienen.
Donde puedas recostar tu cabeza en mis piernas sin el pequeño inconveniente que exista un océano entre los dos.
Bendita sea esa foto que le dio a mis escritos un color verdoso y que le puso un toque internacional a mis criollos pensamientos.
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