¡Dios mio cuanto me duele esto! y sé que es ridículo, y sé que es tonto y sé que...
No puedo controlar mi ansiedad, escribo y escribo, porque solo escribiendo puedo hacer una pequeña perforación para disimular la revolución que llevo en mi pecho.
Como lloro al sentir esto, me duele al leer tus palabras frías y no tener el valor de borrarlas y cuanto más no poder decirte lo que yo llevo por dentro. Soy como un volcán a punto de hacer erupción.
Histérica me he puesto, mis letras no dejan de salir de mi, una, tras otra, tras otra. Parezco un carrusel de letras y pensamientos. Me he drogado con mi imaginación y en mi cabeza, he viajado a todos lados para no ser consciente de lo que me está pasando.
He escrito miles de mensajes el día de hoy y todos llevan tu nombre, todo el mundo lo nota, pero tú estás inmune, ni siquiera te has percatado de mi desesperación.
Qué es lo que me falta, ponerme un cartel para que sepas que se trata de ti?
Solo quiero borrar mi mente y salir huyendo, solo quiero volar lejos, escaparme de tu imagen, desaparecer de mi, la idea de quien eres, de que me quieres y de que no te importo.
Eludir a mi tonto corazón, él tiene la culpa de todo esto, sí, él la tiene por ser tan acelerado y tan ingenuo.
Cuanto daría por poder apartarme de todo, de todos y simplemente olvidar tu nombre por siempre.
Cuanto me gustaría decirte que pelearé por ti, que tal vez, ésta noche te llamaré, después que mi sangre se convierta en vino, que solo quiero abrazarte, sin importar lo que digan o lo que tú digas.
Dame un poco mas de tiempo, o simplemente quema esto, dejemos de jugar al escondite y cambiemos todo. Lo único que quiero es el sabor que tus labios me permitan.
Pero, no quiero que ellos noten lo que me sucede, quiero que tu veas mas allá de lo que te escribo.
Yo luché a mi manera, para que todo estuviera mejor, yo deposité mi confianza en mi Dios, El tiene el control y si hoy no te vuelvo a ver confío en que fue su voluntad, aunque me duele en el alma, aunque cada parte de mi lo sienta, la sangre que emana de este estúpido corazón se confunden con las lagrimas derramadas en el teclado y no puedo evitarlo.
Sé que parece como si dos mujeres escribieran al tiempo, y en parte es cierto, es mi lucha por recuperar la cordura. La llevo librando desde que te escribí por primera vez, quizá esto es algo increíblemente ridículo y con sinceridad no entiendo qué me sucede.
Pero esta batalla la tengo que ganar, tú no puedes ser mas fuerte que yo, no puedes ser mas fuerte que mi voluntad, y mucho menos que la voluntad de Dios.
Por ahora, solo mis letras te puedo dar para que te lleves, a cambio de mi antigua yo, devuélveme mis pensamientos, devuélveme ese tonto corazón, yo no quise entregártelo, pero tampoco noté, en que momento te lo robaste. Solo devuélvemelo.
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