No te bastó mi respuesta, entonces, me volviste a preguntar:- ¿Que quieres conmigo?
Dudé en responderte, no porque no supiera qué quiero contigo, sino por no saber qué querías tú conmigo.
-Te quiero a ti, respondí dudosa de tu reacción.
Vi tus ojos hablar, ellos te delataron, tu esperabas esa respuesta, lo supe porque había en ellos cierta malicia y deseo, sin embargo, tu respuesta fue un frío-"OK"
Esto era lo que me temía, que fueses más cobarde que yo, y que terminara yo, haciendo lo que te tocaría hacer a ti, o que intentaras hacerte el importante en vez de mostrarte tal cual como eres.
Bajé mi cara y giré mi cuerpo, ¿Que podía hacer yo ahí, al lado tuyo pero a kilómetros luz lejos de ti? Con el frío en mis manos y el hueco cada vez mas grande en mi pecho.
De repente, viniste tras de mi, tomaste mi brazo y con fuerza me hiciste volver a ti. No pronunciabas palabra alguna, pero, tampoco me dejabas ir.
De frente estábamos tu y yo, ya no era mucho lo que nos separaba, lo suficientemente cerca para susurrarte y que me escucharas, sin embargo, entre tu y yo, iba y venia el silencio, miraste fijo a mis ojos y suspiraste; intente hablarte, pero no salió sonido de mi garganta; te miré y tu apartaste la vista, me puse a temblar, no podía soportarlo más, debí salir corriendo, pero quise quedarme allí contigo.
¿Quien soy? me preguntaste. -Solo tu, respondí.
No te bastó mi respuesta. Dijiste:- Tu No sabes quien soy.
Quiza si era cierto, ahora ya no sabia quien eras, pero de una cosa no dudaba...más, antes que respondiera, volviste a preguntar :-¿Por qué me quieres a mi?
Y entonces respondí, segura esta vez:- Porque solo tú naciste para mi.
No comments:
Post a Comment