Mis manos
enredadas en las tuyas, tus ojos chispeantes viendo los míos, tus labios rosa
pronunciando mi nombre, ¡Qué emoción! Era todo lo que quería; solo veía los
movimientos de tu boca, continuabas hablándome, eran palabras bonitas, te
detuviste y cerraste los ojos, dijiste algo en voz baja, seguido de palabras incomprensibles, creí entender: -Te amo; pero quizá solo fue por la emoción de tenerte
tan cerca.
Yo
no estaba completamente en ese lugar, podía sentirte cerca, y quizá reaccionaba
con tu toque, pero mi alma emocionada, subía y bajaba del cielo agradecida con
Dios por lo que hacía con nosotros. Lo que pasaba en ese momento entre
nosotros.
Se
podía ver a simple vista, todos podían notarlo, yo lo sabía, veía la sinceridad
de tus ojos y la verdad en tus palabras, yo veía mi corazón fuera de mi pecho y veía como temblaban tus manos cuando agarraste mi cintura y me halaste hacia
ti. Estaba convencida que esto era lo que siempre había deseado.
Luego
me guiaste hacia un lugar desconocido y
allí me volvió el alma al cuerpo; algo raro estaba pasando, escuchaba voces en
mi cabeza, era una suave voz que me llamaba; yo me aferraba a ti, te estabas
desvaneciendo, te me estabas yendo, te abrace con todas mis fuerzas pero me
desperté y quedé con ganas de más...

Si quieres saber como termina esta historia, espera la publicación de mi libro: SOMOS DOS.
Gracias a la oportunidad que mi Dios me ha dado y confiando que utilizo para su servicio el talento que por misericordia me ha otorgado, he decidido escribirlo. Cargado de amor, deseos, sueños de una chica con un corazón enamorado.
Por eso se lo dedico a mi Señor Jesús y a todos los que algún día lo leerán.
No te lo pierdas.
No comments:
Post a Comment